Como muchos ya sabréis, la hepatitis B es una infección vírica, transmitida a través de los fluidos corporales, y causada, principalmente, por el virus de la hepatitis B (VHB).
Pues bien, la vacuna que en la actualidad se utiliza es un producto biotecnológico. ¿Por qué? Porque para producirla se utilizan grandes cultivos de microorganismos: levaduras transgénicas. A estas levaduras (Saccharomyces cerevisiae, Hansenula polymorpha…) se les ha adicionado un gen exógeno, un gen del virus de la hepatitis B. De esta forma, utilizando técnicas de ingeniería genética, las levaduras se convierten en una máquina de producir la proteína para la que codifica dicho gen vírico.
Y la proteína que se produce a gran escala, utilizando estos microrganismos, es un antígeno de la superficie del virus: el HBsAg. Una vez secretada al medio en el que se cultivan las levaduras, esta proteína se aísla, purifica y combina con los adyuvantes requeridos para la producción de la vacuna final.
Esta proteína antigénica, que no deja de ser parte del virus de la hepatitis B, hará que nuestro cuerpo la reconozca como extraña y genere anticuerpos contra ella. Si posteriormente el virus verdadero entra en contacto con nosotros, nuestro sistema inmune ya tiene preparados esos anticuerpos para atacar, mucho más eficazmente, al virus.
*Recordemos que un antígeno, es una molécula que provoca la activación del sistema inmune y la generación de anticuerpos contra la misma.
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