Por muy joven que seas, estoy totalmente segura de que has escuchado la famosa canción de Luis Guerra, en la que el cantante afirma que le sube la bilirrubina. Si no es así, creo que merece la pena que la escuches:
¿Qué le deberíamos decir nosotros a este señor? Que si le sube la bilirrubina no está enamorado, si no que padece una hiperbilirrubinemia.
La bilirrubina es un pigmento de color amarillo producto de la degradación de la hemoglobina. La hemoglobina, para aquel que todavía no sepa que es: se trata de una proteína (de color rojo) presente en nuestros glóbulos rojos. Esta proteína es la encargada de captar oxígeno de nuestros pulmones y transportarlo a los órganos. A su vez, recoge el dióxido de todos los tejidos lo lleva a los pulmones para que estos se encarguen de expulsarlo.
¿Qué ocurre? Que la vida media de nuestros glóbulos rojos es muy baja (de apenas 100 o 120 días). Cuando estas células mueren entran en acción los macrófagos, un tipo de célula del sistema inmune que come cosas, literalmente. En este caso, come glóbulos rojos. De este modo, y en estos macrófagos, la hemoglobina se descompone en sus dos componentes principales: la globina (la parte proteica) y el grupo hemo (el encargado de unir el oxígeno).
Entonces, el grupo hemo se transforma en biliverdina, un pigmento de color verde, antes de convertirse en la protagonista de este post: la bilirrubina.
En este punto la bilirrubina no es más que un resto de los glóbulos rojos de nuestra sangre que son viejos y mueren, un producto de desecho, que como tal, debe ser eliminado. Y ¿a dónde va un producto de desecho? Al hígado, el órgano detoxificador por excelencia.
Sin embargo, para realizar este trayecto debe pasar por la sangre, y para ello necesita de la ayuda de otra proteína, que sí sea soluble en la misma, la albumina. Así, la bilirrubina utiliza a la albumina como una especie de barca que facilita su transporte. Una vez la bilirrubina llega al hígado, esta se desconjuga de la albumina y se une a otro compuesto: el ácido glucurónico.
Esta nueva sustancia (bilirrubina+ ácido glucuronico = urobilinógeno) formará parte de la bilis. La bilis, es un líquido producido por el hígado, pero almacenado en la vesícula biliar, que se vierte al intestino cuando llega el bolo alimenticio en la digestión. Esta bilis tiene la misión de facilitar la digestión de las grasas, y su transformación a ácidos grasos que sean aprovechables como nutrientes por nuestras células.
¿Qué ocurre cuando la bilirrubina con el ácido llegan al intestino en la bilis? Que las bacterias que allí residen (la famosa flora intestinal) la transforman en otro compuesto: la estercobilina. En este caso la estercobilina presenta un color amarronado, y señores: es lo que da el color a las heces.
Sin embargo, no toda la bilirrubina se expulsa a través de las heces en forma de estercobilina. Parte es reabsorbida desde el intestino a la sangre, y conducida a los riñones. ¿Para qué? Para ser expulsada también a través de la orina. El urobilinogeno en el hígado es convertido a urobilina, otro pigmento, en este caso de color amarillo, y oh, sorpresa de nuevo: es lo que da la coloración a la orina.
¿A qué conclusión llegamos después de esta extensísima y aburrida explicación? A que la bilirrubina es un producto de desecho que se debe eliminar, y que si sube, es decir, se acumula en sangre, es porque no se expulsa correctamente. Entonces tenemos un problema y sufrimos la hiperbilirrubinemia: alta concentración de bilirrubina en sangre. Estas elevadas concentraciones son las causantes de la ictericia, término que se utiliza para definir el amarilleamiento de tejidos u órganos a causa del acúmulo de bilirrubina.
¿Cómo se puede observar esto a simple vista? ¡En los ojos! Si la parte blanca de nuestros ojos (esclerótica), es amarilla, podemos decir que padecemos ictericia, y por tanto, concentraciones más altas de lo habitual de bilirrubina en sangre. (Los ojos tienen facilidad para acumular este compuesto si sobra en la sangre).
¿Cuáles son las causas de que este ciclo falle y suba la bilirrubina?
En primer lugar, puede ser debido a una destrucción anormal de glóbulos rojos. Esto hace que la hemoglobina, y por tanto la bilirrubina que llega al hígado, sea más de la que este órgano puede procesar e ir expulsando a través de heces y orina. ¿La consecuencia? Se acumula bilirrubina sin procesar en la sangre. En este caso la ictericia se denomina pre-hepática.
Por otro lado, el problema puede recaer en el hígado, y debido a dos motivos: O existe un problema genético que cause que alguna de las enzimas implicadas en las transformaciones de la bilirrubina no funcione bien. O tu hígado sufre una patología (virus hepático, cirrosis, o incluso un tumor… lo que sea). El resultado es el mismo. El hígado no funciona bien y la bilirrubina no llega correctamente ni a las heces ni a la orina, por lo que se acumula en sangre. En este caso la ictericia es intra-hepática.
Por último, el problema puede estar más allá del hígado, por ejemplo, en el conducto biliar. En esta situación, la transformación de bilirrubina en el hígado se da sin problemas y la bilis se produce bien. En este caso puede que el conducto que aboca la bilis al intestino tenga un problema y en vez de verter la bilis a este órgano, pase a sangre. Del mismo modo, la bilirrubina se concentra en la sangre y se acumula en algunos órganos con más facilidad (como los ojos). Este tipo de ictericia se denomina post-hepática.
¿Otra forma menos evidente, y mucho más personal para detectar una hiperbilirrubinemia? El color de las heces. Si la bilirrubina no sufre todo este proceso y no se expulsa como debería con las haces, estas no tendrán su color típico y presentarán un aspecto más claro. En contraposisición, se expulsará de la sangre por otro sitio: la orina, aunque no sea siguiendo el proceso normal, pero saldrá. Por este motivo, mientras que las heces se aclaran la orina se oscurece.
En resumen, y para acabar con esta clase rápida de bioquímica: querido Luís Guerra, la bilirrubina no debería subir en sangre, y si lo hace no es señal de enamoramiento, si no de problema en algún punto de este complejo proceso que transforma la hemoglobina en bilirrubina.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Asignatura de patología molecular y diagnóstico biomédico. Grado en Biotecnología, Universitat de Lleida.
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