Esta vez quiero hablaros de un nuevo método de administración de antibióticos. La cefepima es un antibiótico utilizado para tratar infecciones graves.
Sin embargo, es tan inestable que se debe administrar de forma muy sucesiva. Las nanoesferas parecen ser la solución para evitar esta rápida degradación y todos los efectos secundarios derivados de la misma… ¡SIGUE LEYENDO!
En primer lugar, recordar, para aquellos con peor memoria, que los antibióticos son fármacos que atacan a las bacterias. No sirven para nada más, por mucho que algún médico se empeñe el recetarlos “por si acaso”, o sin tener claro qué nos ocurre.
Luego aparecen las peligrosísimas bacterias resistentes y la gente se empieza a morir por no quedar antibióticos efectivos (empecemos a valorar más la opinión de los científicos e investigadores, que normalmente, saben de lo que hablan). Pero ese es otro tema y del que ya os hablé en otro post: https://www.mariairanzobiotec.com/super-bacterias-llegan-quedarse/
Sigamos. Este ataque del antibiótico puede causar la parada del crecimiento bacteriano (antibióticos bacteriostáticos), o bien su muerte (antibióticos bactericidas). A su vez, existen diversos tipos de antibióticos dirigidos contra una parte o un proceso vital de la bacteria. Sin embargo, hoy nos vamos a centrar en uno muy concreto, la cefepima.
La cefepima, técnicamente hablando, es una cefalosporina, un grupo de antibióticos betalactámicos. En lenguaje simple: un grupo de antibióticos que impide que las bacterias sinteticen su pared celular, una parte necesaria para que estas vivan.
Este antibiótico se suele utilizar para tratar infecciones bacterianas graves que afectan al aparato urinario, renal, a la piel e incluso para la neumonía.
¿Cuál es el problema de este antibiótico?
Que es muy poco estable en nuestro organismo y se descompone rápidamente. Esto hace que se tenga que administrar con mucha frecuencia por vía intravenosa, y por tanto, en un hospital. A su vez, esta sucesiva administración causa un brutal número de efectos secundarios: náuseas, epilepsia, problemas neurológicos y disfunciones renales.
Ahora entendemos por qué se deseaba encontrar una forma de volver al antibiótico más estable en nuestro organismo. La buena noticia es que un grupo de investigadores, del Departamento de Química Física de la Universidad de Sevilla (US) en colaboración con la Universidad de Huelva y el Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Virgen Macarena, la ha encontrado. La solución pasa por utilizar nanoesferas.
Las nanoesferas son vesículas nanométricas. Para que os hagáis una idea de su tamaño: un centímetro tiene 10 millones de nanómetros. En esta ocasión son nanoesferas lipídicas o liposomas, es decir, su envoltura consta de lípidos dispuestos uno al lado del otro.
Esta composición es la misma que tiene la membrana plasmática de nuestras células. Este detalle hace que sean biocompatibles con nosotros y no causen ningún tipo de rechazo. A la vez, su interior es acuoso, lo que permite que se puedan introducir las moléculas de antibiótico.
https://www.educandose.com/las-celulas-animales-vegetales/
Con esta encapsulación se consigue que el fármaco sea más estable en nuestra sangre, y por tanto, sea capaz de llegar a los órganos en los que se necesita su acción antes de degradarse, ser más efectivo, y así reducir la frecuencia de su administración. Además, esta encapsulación permite liberar de forma controlada el fármaco, y ha demostrado penetrar perfectamente en las células.
¿Cómo se ha comprobado que el antibiótico sigue funcionando tras estar encapsulado? Utilizando un cultivo de bacterias E. coli, los investigadores han demostrado que el fármaco encapsulado es igual de efectivo que en su forma libre, al acabar con las bacterias.
¿Por el momento?
Confiar en que los ensayos clínicos de este nuevo descubrimiento prosperen, y esta nueva forma de administrar la cefepima sea una realidad para los pacientes que la necesiten. Además, puede que este método sea aplicable también a otros antibióticos o fármacos. Por el momento, solo podemos esperar.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Muy interesante.
Muchas gracias!