
El mutualismo es un tipo de relación simbiótica en la que las dos especies implicadas se benefician.
El ejemplo más “cercano” somos nosotros y nuestras bacterias intestinales. Mientras que las bacterias se alimentan con algunos de los componentes que llegan al intestino, nosotros aprovechamos nutrientes que solo ellas son capaces de producir.
El mutualismo a su vez puede ser facultativo, si pueden vivir una especie sin la otra y viceversa, u obligado, si se necesitan.