Las células hepáticas o hepatocitos son las células propias del hígado. Tienen forma poliédrica, suelen poseer 1 o 2 núcleos, múltiples orgánulos y en su citoplasma contienen inclusiones de glucógeno y grasa.
Son células transcripcionalmente muy activas, lo que significa que están constantemente formando nuevas proteínas, por ejemplo, la albumina. Además, es en los hepatocitos donde se llevan a cabo la mayoría de reacciones de gluconeogénesis (síntesis de glucosa) y glucogenólisis (destrucción de glucógeno para producir glucosa), como respuesta a las hormonas insulina y al glucagón.
Los hepatocitos también llevan a cabo el metabolismo de muchas toxinas y fármacos, con el fin de limpiar el cuerpo de moléculas extrañas. Así mismo, se encargan de la formación de la bilis, una sustancia que emulsiona los ácidos grasos para facilitar su digestión, y posterior metabolización.