Esta semana vengo a contaros qué son los estornudos. Todo el mundo estornuda, sin embargo, apuesto lo que queráis a que muy pocos saben por qué lo hacen. ¡SIGUE LEYENDO!
Los estornudos son un mecanismo de defensa del sistema respiratorio. ¿Pero defensa contra qué? Contra cualquier agente extraño que intente penetrar en este sistema.
Para que sea más entendible: la nariz está en contacto con el entorno, y a través de la respiración sustancias contaminantes, u otros agentes patógenos pueden llegar a su interior.
¿Qué ocurre entonces?
Las múltiples terminaciones nerviosas de la mucosa respiratoria, enviaran una señal al cerebro, concretamente a lo que se conoce como el centro del estornudo. Esta parte del bulbo raquídeo actuará entonces sobre los múltiples músculos implicados en el proceso del estornudo: El abdomen, el diafragma, el pecho, la garganta, las cuerdas vocales, la boca y los parpados.
¿Los parpados? Si, los párpados, ya que, no se si os habréis fijado, pero siempre que estornudamos cerramos los ojos.
Todos estos músculos actuarán en conjunto para provocar el estornudo, el cual consta de dos etapas: en primer lugar una fase de inspiración, es decir, entrada de aproximadamente dos litros y medio de aire, de manera brusca. Y en segundo lugar una fase de espiración, en la que el abdomen presiona al diafragma para que este empuje a su vez a los pulmones y estos expulsen todo ese aire rápida y violentamente, a través de boca y nariz.
Tan violentamente, que el aire que expulsamos, sale a una velocidad de entre 110 y 160 kilómetros por hora.
Del mismo modo, cuando estamos resfriados, el virus causante se encuentra en el interior de la nariz, actuando igualmente que una partícula extraña y desencadenando estornudos más constantes. Con las alergias pasa lo mismo, como por ejemplo la alergia al polen o a los ácaros del polvo: todos son partículas que irritan la mucosa de nuestra nariz y desencadenan la respuesta del centro del estornudo.
¿Y de estornudar cuando nos da el sol habías escuchado algo? ¿No?
Pues casi el 35 % de la población sufre este tipo de estornudos, denominados estornudos fóticos, los cuales son heredables genéticamente.
¿Por qué se produce?
No está del todo claro, pero la hipótesis más aceptada dice que la exposición espontanea a la luz solar puede sobre estimular el nervio trigémino, el cual transmite al cerebro estímulos captados en la nariz y los ojos, desencadenando el proceso del estornudo.
Ahora sí que estoy segura que la próxima vez que estornudéis os acordareis de porque lo hacéis, o por lo menos, intentareis comprobar si verdaderamente cerráis los ojos al hacerlo.
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