Esta semana hablamos de cáncer de colon, de su pronóstico y de cómo este puede relacionarse con una bacteria: Fusobacterium nucleatum. ¿Qué tiene que ver un microorganismo con este tipo tumoral? ¿No se trata de una especie típica de la microbiota oral? ¡Continúa leyendo!
En este punto, me gustaría recordar el que cáncer de colon se origina a partir de la multiplicación descontrolada de una célula de nuestro intestino. Esta multiplicación genera una acumulación de células conocida como tumor. Y la causa de esta malignización es la acumulación de varias mutaciones en genes que regulan procesos como la multiplicación celular o la muerte celular programada (apoptosis).
Aunque la célula que origina el tumor, ya tiene unas cuantas mutaciones en su genoma, las células que forman esta masa pueden seguir acumulando errores en su ADN. Y una de estas nuevas mutaciones puede ser la causante de que algunas de las células adquieran capacidad metastásica, para despegarse y viajar a otro órgano o tejido. La metástasis más frecuente de este tipo tumoral es la que se produce en el hígado.
Microbiota. Conocemos como microbiota al conjunto de microorganismos que conviven de manera normal con nosotros, en una localización anatómica concreta. Una de las microbiotas más conocidas es la intestinal. De hecho, en nuestro intestino se acumula el 90% de todas las bacterias de nuestro cuerpo.
¿Tenemos una estimación de la cantidad de bacterias que podemos encontrar en este órgano? 38 billones. ¿Impresionante verdad? Pues espera a leer los siguientes datos: por cada célula humana del colon encontramos 1,3 bacterias; y del peso total de este órgano (400 gramos) la mitad se debe a estos microorganismos.
Al igual que la intestinal, la microbiota oral es otra de las más estudiadas y caracterizadas. Una de las residentes habituales, y cuyos niveles se muestran alterados en condición de periodontitis (infección de las encías), es Fusobacterium nucleatum. Se trata de una bacteria anaerobia (vive sin necesidad de oxígeno), que fácilmente puede causar infecciones en otras localizaciones anatómicas. Te imaginas dónde, ¿verdad? El colon.
Y aquí viene lo realmente interesante: sabemos que existe una microbiota asociada al cáncer, y que esta desempeña un papel clave en el desarrollo del mismo.
Dicho de otro modo, se ha determinado que en el tumor, además de las propias células cancerígenas, conviven también especies bacterianas. ¿En qué tipo tumoral crees que es especialmente remarcable este hecho? En el cáncer colorrectal.
Varios estudios ya habían advertido de la presencia de F. nucleatum infiltrando los tejidos tumorales del cáncer de colon. Esta se trata de la forma invasiva de la bacteria, en contraposición a la no invasiva, simplemente en el tejido intestinal. Además, “El aumento de los niveles en el tumor de F. nucleatum se han correlacionado con una menor Infiltración de células T; con un estado avanzado de la enfermedad y una menor supervivencia de los pacientes” (Bullman et al., 2017).
*Los linfocitos T infiltrantes o (TILs), son los glóbulos blancos que se infiltran entre las células tumorales y desarrollan la respuesta inmune contra el mismo “desde dentro”.
Ahora (en dos artículos publicados en 2017 y 2020), los investigadores del grupo de Oncología Molecular del VHIO (Vall d’Hebron Instituto de Oncología) han caracterizado la estrecha relación existente entre la bacteria F. nucleatum y el cáncer de colon. Las bacterias que colonizan el tumor primario de colon viajan con él en la metástasis que realizan estos tumores al hígado, colonizando también este órgano. Este proceso no solo es realizado por F. nucleatum sino también por todas las bacterias que con ella conviven: especies de Bacteroides, Selenomonas y Prevotella.
Pero hay más, en el primer trabajo de estos autores se utilizó un antibiótico dirigido específicamente contra esta bacteria en modelos experimentales de cáncer de colon. Este tratamiento supuso una disminución del crecimiento tumoral.
¿Puede ser entonces el tratamiento de la microbiota asociada al cáncer un arma efectiva para luchar contra los tumores?
Por si fuera poco, estos investigadores han comprobado que la bacteria F. nucleatum puede ser utilizada como un marcador pronóstico (algo que predice el comportamiento futuro de la enfermedad). Tras someter a los pacientes con el tratamiento más habitual para este tipo tumoral: quimio, radio y cirugía, observaron que aquellos casos que no respondían correctamente a dicho tratamiento (2 de cada 3 pacientes), y en los que la bacteria sobrevivía, presentaba mayores tasas de recaída en la enfermedad.
*Tal y como explica la AECC: ”La recidiva (o recaída) es la reaparición del tumor maligno tras un periodo más o menos largo de ausencia de enfermedad”.
¿Cómo puede una bacteria relacionarse con la recaída de un tumor? Lo que se ha determinado es que en presencia de estas bacterias, se genera un ambiente inmunosupresor en el tumor que impide que el sistema inmune pueda luchar eficazmente con las células cancerígenas. Esta especie bacteriana es capaz de inducir la muerte de células de nuestro sistema inmune como los linfocitos o las células natural killer, componentes clave en la respuesta anti-tumoral.
Este ambiente inmunosupresor no se observa cuando la bacteria no se detecta. En este último caso, se produce el aumento de los linfocitos T CD8 +, glóbulos blancos encargados de, literalmente, destruir las células tumorales a través de diferentes mecanismos.
Este hallazgo abre las puertas a una posible nueva alternativa terapéutica dirigidas a las bacterias que conviven entre las células del cáncer de colon. ¿Por el momento? Esperar a que las investigaciones avancen.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
AECC. (2018). INCIDENCIA Y MORTALIDAD DE CÁNCER COLORRECTAL EN ESPAÑA. Retrieved from http://observatorio.aecc.es/
Bullman, S., Pedamallu, C. S., Sicinska, E., Clancy, T. E., Zhang, X., Cai, D., … Meyerson, M. (2017). Analysis of Fusobacterium persistence and antibiotic response in colorectal cancer Downloaded from. Science (Vol. 358). Retrieved from http://science.sciencemag.org/
Gur, C., Ibrahim, Y., Isaacson, B., Yamin, R., Abed, J., Gamliel, M., … Mandelboim, O. (2015). Binding of the Fap2 protein of fusobacterium nucleatum to human inhibitory receptor TIGIT protects tumors from immune cell attack. Immunity, 42(2), 344–355. https://doi.org/10.1016/j.immuni.2015.01.010
Sebastián-Domingo, J.-J., Sánchez-Sánchez, C., Sebastián-Domingo, J.-J., & Sánchez-Sánchez, C. (2018). De la flora intestinal al microbioma. Revista Española de Enfermedades Digestivas, 110(1), 51–56. https://doi.org/10.17235/REED.2017.4947/2017
Serna, G., Ruiz-Pace, F., Hernando, J., Alonso, L., Fasani, R., Landolfi, S., … Nuciforo, P. (2020). Fusobacterium nucleatum persistence and risk of recurrence after preoperative treatment in locally advanced rectal cancer. Annals of Oncology. https://doi.org/10.1016/j.annonc.2020.06.003
Zerón y Gutiérrez de Velasco, A., & id Porras Lira, D. (2016). Fusobacterium nucleatum ¿Un patógeno periodontal promotor de carcinogénesis colorrectal? Revista de La Asociación Dental Mexicana, 73(6), 280–285.
Gran investigadora poseo un hermano con cancer de colon. 106 quimios. No desea morirse. Que hacemos????
Para tratamientos médicos debe consultar con su médico. ¡Siento no poder ayudarte más! ¡Mucho animo!
Muy buen artículo ??
¿Significa esto que, de observar una presencia «excesiva» de esta bacteria, el paciente en cuestión tiene necesariamente cáncer colorrectal o alta predisposición a tenerlo?
Gracias de antemano