Esta semana toca hablar de cáncer, de cómo la generación de nuevos vasos sanguíneos, un aspecto fundamental en la progresión tumoral, puede tener la clave para potenciar el efecto de algunos fármacos quimioterápicos que se utilizan habitualmente en el tratamiento de esta enfermedad… ¡SIGUE LEYENDO!
En primer lugar, es esencial entender qué es la angiogénesis y porqué resulta clave en la proliferación de los tumores. La angiogénesis es la generación de nuevo vasos sanguíneos a partir de otros ya existentes. Las células y tejidos normales de nuestro cuerpo utilizan la circulación para obtener todos los nutrientes que vienen de la dieta, y todo el oxígeno de los pulmones para poder realizar las funciones vitales.
Si pensamos en un tumor, un conjunto de células que se dividen y proliferan mas rápido de lo normal, es lógico pensar que esta masa celular necesitará más aporte de nutrientes y oxígeno para poder crecer más rápidamente. ¿Cómo lo consigue? Incrementando el número de vasos sanguíneos que lo irrigan a través de la liberación de factores angiogénicos que las propias células tumorales producen.
¿Qué se pensaba hasta ahora? Que se podían utilizar fármacos que inhibieran este proceso de angiogénesis y que por tanto limitaran la multiplicación del tumor. ¿Cuál es el principal problema de estos fármacos? Que al acabar destruyendo los vasos sanguíneos también impiden la llegada de los fármacos quimioterápicos al tumor, llegando a producir, además, algunos efectos secundarios sobre el sistema circulatorio normal.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, además, otro aspecto y es que los vasos sanguíneos tumorales presentan ciertas alteraciones, que de forma normal, ya limitan la llegada de los fármacos. Debido a ello, el interés ya no recae en impedir esta circulación si no en normalizarla, para conseguir que la quimio llegue y actué más eficazmente que hasta ahora.
¿Qué se ha descubierto? Que la proteína SOD3 o superóxido dismutasa favorece la normalización de estos vasos y por tanto, la llegada de los fármacos quimioterápicos.
¿Porqué? De alguna manera, la sobreexpresión de esta proteína es capaz de reducir la permeabilidad de este tipo de vasos. Esto, a su vez, normaliza las presiones generadas dentro y fuera de los vasos sanguíneos, y por tanto, favorece que el intercambio de gases y otras sustancias como fármacos se incremente.
Como de momento, es una estrategia cuya validez solo se ha probado en ratones, queda comprobar que esta prometedora terapia es igual de eficaz en humanos.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Me ha encantado este artículo y nunca antes había analizado una opinión como esta sobre el tema, excelente
! Enhorabuena
Muchas gracias!
Un estupendo post y bastante aconsejable. Saludos
Muchas gracias!