jueves, marzo 28, 2024
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BOTOX

¿Qué piensas si te digo Botox? Las inyecciones que se ponen en la cara para eliminar las arrugas ¿No? ¿Pero sabes qué es lo que se inyecta? ¿De dónde procede? ¡Quédate porque esto te va a sorprender!

El tan famoso Botox es en realidad una toxina, la toxina botulínica. ¿Verdad que la palabra toxina no suena demasiado bien? Pues bien, esta toxina, es producida por una bacteria, Clostridium botulinum y produce la enfermedad denominada botulismo.

El botulismo, que es una enfermedad que puede llegar a ser mortal, se caracteriza por la actuación de la toxina entre los nervios y los músculos impidiendo la liberación de un compuesto necesario para la contracción muscular, la acetilcolina. En resumen, se impide la contracción muscular, es decir, se mantienen los músculos totalmente relajados. ¿Cuándo el problema se vuelve serio? Cuando los músculos respiratorios o el corazón se ven afectados. Si no hay contracción de los mismos, no hay ni respiración ni bombeo de sangre.

Existen cuatro formas de botulismo: el alimentario, el infantil, el que se contagia por heridas y que se contagia por inhalación. Y para hablaros un poco de cada una necesito que entendáis el concepto espora bacteriana. Una espora bacteriana es una forma que adquiere la bacteria para sobrevivir en condiciones adversas o dispersarse más fácilmente.

En el alimentario lo que se ingiere es la toxina, debido a un mal procesado de los alimentos enlatados. Las bacterias, o las esporas, permanecen en el alimento y allí producen la toxina.
¿Os acordáis el verano pasado, el caso de los bomberos catalanes que consumieron un bote de judías en mal estado? Pues lo que sufrieron fue botulismo.

En el botulismo infantil no se ingieren las toxinas directamente si no que las esporas llegan al intestino del bebe, lo colonizan y allí las bacterias producen la toxina. ¿Por qué? Porque los bebes no tienen su flora intestinal desarrollada, por ese motivo cualquier bacteria patógena es capaz de colonizarlo sin problemas al no haber bacterias beneficiosas que les hagan frente.

En el botulismo por heridas, es la propia bacteria la que coloniza la herida y allí libera la toxina.

Y por último, el botulismo por inhalación, en el cual las esporas son inhaladas hacia los pulmones. Y es aquí, en el este último tipo, donde hablaremos de otro uso que se le dio años atrás a esta toxina: arma biológica. La toxina, al ser una de las más potentes de origen biológico, se pulverizaba en aerosoles como forma de bioterrorismo. La Alemania Nazi, Canada, EE.UU., Irak, Corea del norte… entre otros muchos países, la estudiaron como opción, la produjeron o incluso la usaron.

¿Una de las toxinas más potentes de origen biológico?

Creo que con esto os lo dejaré bastante claro: un solo gramo de toxina botulínica es suficiente para matar a 1 millón de cobayas.

¿Más usos de la toxina?

El uso clínico: de forma controlada, los científicos han sabido sacar utilidad a esta toxina para tratar enfermedades como la migraña crónica, la parálisis cerebral, la distonía cervical… En el caso de la migraña, por ejemplo, aplicando la toxina de forma localizada se consiguen inhibir las contracciones musculares que causan el dolor.

Y por último, el uso cosmético como Botox. Comentar, por cierto, que el Botox no es más que el nombre comercial que le puso una empresa determinada a su toxina botulínica. Destacar que existen otros muchos nombres que se refieren a lo mismo Dysport, Lantox, Nabota…

Fue en 1987 cuando se descubrió que si se inyectaba una forma diluida de la toxina botulínica bajo los músculos de la cara, al inhibir la contracción muscular las arrugas desaparecían y la piel quedaba más tersa. Desde entonces el “Botox” se ha convertido en uno de los tratamientos cosméticos más exitosos y comunes.

Y para terminar, dejar claro que, de forma controlada, la toxina tiene usos beneficiosos para los humanos, pero que simplemente hay que tener muy claro qué te estas inyectando, quién te lo inyecta y si ese medicamento tiene la calidad suficiente como para garantizar su inocuidad.

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María Iranzo
María Iranzohttps://www.mariairanzobiotec.com/
Soy biotecnóloga por la Universitat de Lleida (UdL) y máster en Bioquímica, biología molecular y biomedicina por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Me dedico a la investigación biomédica pero me apasiona la biotecnología y la divulgación científica.

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